Transcurría el año 1995 cuando el director general del puerto de Progreso, Jorge Magno Lecona Ruiz, vio una noticia en el periódico que le cambiaría la vida. Para entonces la recién publicada Ley de Puertos comenzaba a rendir frutos y la nota era que Ingenieros Civiles Asociados (ICA) se había adjudicado la operación de la terminal de contenedores de Veracruz, la primera licitación portuaria ejecutada en el país.
Convencido de que tenía ya la experiencia para ocupar un puesto dentro de ICA, Jorge Lecona se postuló nada menos que como director general de la terminal Internacional de Contenedores Asociados de Veracruz (ICAVE), sin saber que era una coinversión a mitades junto con el grupo filipino International Container Terminal Services, Inc. (ICTSI) al que tocaba designar ese puesto. Sin embargo, para junio de ese año fue seleccionado como director de Operaciones.
En aquel momento, la recién creada Administración Portuaria Integral (API) Veracruz cedió a ICAVE solo 200 de los poco más de 500 metros de muelle que tendría que operar la terminal y para agosto de 1995 arranca operaciones con un equipamiento muy limitado y compartiendo muelle con la extinta Conasupo. Sólo transcurrió año y medio para que ICTSI diera a Jorge Lecona la oportunidad de conseguir lo que se había propuesto: la dirección general.
Con el reto de modernizar ICAVE y convertirla en un negocio rentable en Veracruz, Jorge Lecona recuerda en entrevista con T21 que recibió la instrucción de diversificar las operaciones de la empresa que ahora dirigía en el país, por lo que participó en 1997 en la licitación de una instalación en Ensenada que compartía de forma rudimentaria la operación de cruceros y carga.
Mientras ICAVE tomaba fuerza en Veracruz, la API Ensenada permitió al grupo reordenar el puerto y logró ubicar la terminal de cruceros Ensenada Cruiseport Village (ECV) y operar carga de una forma cada vez más profesional en Ensenada International Terminal (EIT). Mientras esto ocurría, las finanzas de ICA e ICTSI se iban estrangulando y su dolarizada deuda se volvía impagable.
Antes de perder su capacidad de inversión y bajo el liderazgo de Lecona, la empresa ganó en el año 1999 la licitación de una terminal multipropósitos en uno de los puertos que iba tomando cada vez más relevancia en el Pacífico derivado de un creciente intercambio comercial con países asiáticos, asentando Terminal Internacional de Manzanillo (TIMSA).
