
Estados Unidos y China acordaron extender por 90 días su tregua arancelaria, evitando incrementos que habrían frenado el comercio global. Esta medida estabiliza el intercambio de productos clave y ofrece un respiro a las cadenas logísticas que abastecen mercados internacionales.
La prórroga favorece a economías como las de América Latina, que dependen de un flujo comercial dinámico entre ambas potencias para sus exportaciones e importaciones indirectas. Menores tensiones comerciales pueden traducirse en costos logísticos más bajos y mayor previsibilidad para los exportadores regionales.
Este alivio temporal también brinda margen para planificar estrategias de comercio exterior y aprovechar ventanas de oportunidad en sectores como agroindustria, tecnología y manufactura. Un entorno más estable entre Estados Unidos y China reduce riesgos y fortalece la competitividad de los puertos latinoamericanos.
Fuente: Euronews
