Las exportaciones agroalimentarias serán nuestra ventaja competitiva en la próxima década

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En mercados como Europa, EE.UU., Canadá y Asia Pacífico, ese tipo de exportaciones ha crecido a un ritmo del 8% anual.

“En los próximos 10 años, el futuro de Ecuador es alimentar al mundo, potenciar la capacidad agroalimentaria. Esa capacidad ya estaba consolidada, fuerte, desde antes de la pandemia. Ahí está nuestra ventaja competitiva”, dice Felipe Ribadeneira, presidente del Directorio de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), quien explicó que el país debe aprovechar que, por condiciones geográficas, climáticas, logísticas, entre otras, nuestra fortaleza en la producción de alimentos, productos orgánicos y frutas exóticas es mejor valorada.

Así, dentro de las prioridades de política pública y de inversiones privadas debe estar el impulso a actividades con gran crecimiento y crecientes ingresos, como el cultivo y la venta internacional de productos como aguacate, brócoli, chía, quinua, chochos, derivados de cereales y polvo de cacao orgánico. Además, sobre todo en la región de Asia Pacífico, hay grandes oportunidades de mercado para frutas consideradas exóticas como la pitahaya, tomate de árbol, entre otras.

“En los últimos 10 años, las exportaciones agroalimentarias han crecido un 8% anual en mercados importantes como Europa,  Estados Unidos, Canadá y Sudáfrica. Esos mercados tienen gran capacidad de consumo y el potencial de crecimiento puede llegar a los dos dígitos”, aseguró Ribadeneira.

Antonio Mora, mediano productor de aguacate, comentó que sin descuidar las ventas tradicionales -como banano y camarón- Ecuador tiene una lista importante de otros productos que, desde 2009 a 2019, pasaron del 62% a casi el 80% en 2019 dentro de las exportaciones no petroleras.

“La ventaja competitiva no es otra cosa que aprovechar todo el potencial de lo que sabemos hacer. Eso no significa no seguir impulsando otros temas, como la industrialización; pero las prioridades deben estar en productos orgánicos y producción sustentable con estándares altos de cuidado del ambiente. Con esas características tenemos mucho campo de desarrollo”, acotó.

Hoja de ruta

Ribadeneira recalcó que se necesita un trabajo conjunto, con participación del sector público, privado y la Academia, para establecer las estrategias y las metas claras de cara a la próxima década.

En este sentido, desde Fedexpor ya se está elaborando una hoja de ruta, un plan nacional de exportación para potenciar las ventajas competitivas de Ecuador. Ese plan será entregado a todos los candidatos para la Presidencia.

“La historia nos ha enseñado que productos como las flores, que hace 40 años no existían, son el resultado de un trabajo público- privado. Acuérdense que las flores nacieron con el sistema de Preferencias Arancelarias (Atpdea). Ese fue un proyecto de la comunidad andina (sociedad civil, empresas, gobiernos) con los Estados Unidos para desincentivar que la población, sobre todo la más pobre, se involucre en actividades de narcotráfico”, puntualizó

Tratados

En el tema de apertura de mercados, Ecuador ha avanzado mucho en los últimos años con el acuerdo comercial con Unión Europa en 2017, con el EFTA en 2019 y también el Reino Unido en 2020. En el futuro cercano se debe avanzar en el acuerdo con Estados Unidos, Canadá y la Alianza del Pacífico (México, Chile, Colombia y Perú).

Sin embargo, tampoco se debe descuidar un tratado con Centroamérica, que quizá no es un mercado importante para los productos agroalimentarios, pero sí para los industriales. Dentro de ese mercado, un paso decisivo sería concretar un acuerdo comercial con Panamá, donde la inversión ecuatoriana ya es muy grande en sectores como el de supermercados.

El objetivo final sería, en estas circunstancias, llegar a ser un país potencia en exportaciones agroalimentarias, pero sin descuidar lo industrial.

Objetivo claro

Pablo Domínguez, pequeño productor de productos preparados orgánicos, aseguró que los exportadores ecuatorianos ya saben cómo exportar con moneda dura. “Eso es una ventaja porque tienes que ser muy eficiente en los procesos para competir con devaluaciones como la colombiana,  la peruana o la centroamericana”, añadió

$47.000 millones representaron para el país las exportaciones agroalimentarias, en los últimos cinco años. 

Finalmente, Ribadeneira dijo que nada nos impide soñar que, de aquí a 10 años, las exportaciones no petroleras superen 5 a 1 a las exportaciones petroleras. Así, dejaremos de depender de la inestabilidad de precio del petróleo y tendremos inversiones más eficientes y generadoras de empleo sostenido. (JS)

Fuente: LaHora

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