México busca (otra vez) controlar emisiones del transporte marítimo

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A través de la creación de una Zona de Control de Emisiones, el gobierno mexicano pretende nuevamente reducir la contaminación que emana de los barcos que navegan en aguas nacionales, lo cual se desprende del cumplimiento de los acuerdos de París.

Rodolfo Lacy Tamayo, Subsecretario de Planeación y Política Ambiental de la Semarnat, sostuvo que el objetivo es asegurar que “las cerca de 16 mil embarcaciones que navegan anualmente por los 11 mil kilómetros de litorales mexicanos” cumplan con la normatividad de emisiones, por lo que se planea también el suministro de combustibles menos contaminantes, mismos que prácticamente no se producen en el país y tendrían que ser importados.

Detalló que dichas embarcaciones, que conforman el 5.1% de la flota marítima mundial, no tocan los puertos mexicanos ni realizan actividades comerciales por el país, pero navegan en aguas nacionales generando contaminación atmosférica.

Bajo este escenario, México planteará el próximo 20 de julio a la Organización Marítima Internacional (OMI) la creación de su propia Zona de Control de Emisiones, donde se requerirá a los barcos pasar de un 3.5% de contenido de azufre en el combustible, a solo uno por ciento.

El funcionario de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales destacó que, a nivel internacional, se han tomado un conjunto de acciones y acuerdos en materia de emisiones para este tipo de embarcaciones, así como se ha hecho también en materia de vuelos internacionales.

A eso hace referencia el mencionado acuerdo internacional que México ratificará: se trata del Anexo VI del Convenio Internacional para Prevenir la Contaminación por Buques (Marpol, por sus siglas en inglés) y que busca suministrar combustibles más sustentables al transporte marítimo.

Esto se da luego de casi cuatro años desde que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y la Semarnat firmaran, en presencia del entonces Secretario General de la OMI, Koji Sekimizu, el Anexo VI del Marpol, cuya implementación no se ha aplicado por la falta de ratificación en el Senado de la República.

De esta manera, dijo Lacy Tamayo, estamos dando pasos para que todas las embarcaciones que se mueven en el mar disminuyan y, conforme avance la tecnología, se cuente con mecanismos que eventualmente lleven a una neutralización de estas emisiones, pese a que la adhesión del país al Anexo VI de Marpol se dio en octubre de 2014.

“Lo que nosotros queremos es controlar las emisiones de los buques que transitan por nuestras aguas continentales, y que estas emisiones sean menos y en particular de las de carbono negro, resultado de la combustión de combustóleo y combustibles con alto contenido de azufre”, comentó el funcionario, quien fue el encargado de firmar el anexo en ese entonces por parte de Semarnat.

Esta disposición progresiva en el tiempo a nivel internacional “la tenemos que hacer mediante el establecimiento de un área de control, ya que muchas embarcaciones que normalmente cumplen con normatividades estrictas en mares de Canadá y Estados Unidos, dejan de hacerlo al ingresar a mares mexicanos”, mencionó.

Esto es, que una vez que han dejado la zona de control de emisiones apagan sus mecanismos de control de emisiones para ahorrar recursos y terminan por emitir altas concentraciones de carbono negro.

Aseguró que establecer esta zona de control de emisiones en mares mexicanos tendría un alto costo beneficio para el país, además de incrementar las medidas de control que ayudarán al país alcanzar la meta de emisiones establecidas en el Acuerdo de París.

Fuente: T21

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